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Un buen día se materializó en mí una pregunta: ¿Como sería vivir en el campo? Comencé a percibir la posibilidad de dejarme guiar por una voz que siempre estuvo presente en mí y a la que no siempre correspondí. Sentía caminar hacia la Nada, hacia el Vacío ... Todo son palabras ... Un Vacío de intención de falsificar-me, de hacer-me de una forma concreta para deleite de un deseo ... Sentí que podía dejarme caer en en la sutileza de ver-me, de ver lo que Es en mí en cada instante. Este espacio, que es el tuyo también, me sirve como columna para vertebrar experiencias y organizar el poso que me dejan. Un lugar para exponerme y verme, exponerme y que me vean, y sobre todo, un lugar para Ser. Un espacio, un lugar y un tiempo presente, que no es otro que el cambiante devenir de acontecimientos que se procesan en "mí", materializando y dando luz a lo que permanecía en la latencia de lo innombrado. Un espacio virtual-real para expresar mi naturaleza y mundo interno. También puedes visitar mi canal de vídeos en http://www.vimeo.com/neodespierta.

sábado, 23 de abril de 2011

El mito de la raza andrógena


Luzbel


El primer acto de violencia del que tenemos conocimiento se produjo en el principio de los tiempos. Luzbel, el arcángel preferido de Dios, el custodio de la luz, el más bello y perfecto ser andrógeno del cielo, se rebela contra su creador, en un acto de suprema soberbia, arrastrando a su causa a numerosas legiones de ángeles.

Derrotado por el arcángel San Miguel, Luzbel pierde sus atributos de luz y perfección y es enviado a las tinieblas. Desde entonces cambia su nombre por el de Lucifer, el señor del mal, de lo oscuro, de lo terrenal. Aquel primer acto de violencia crea el pecado y fue el origen de todo lo negativo.
                                                                                                                          

                                                                                                                                         
Zeus/Júpiter

Desde su olímpico trono, Zeus, padre de dioses y de hombres, es el soberano de las alturas,"el que amontona las nubes", lanza el rayo y administra la Justicia. Tan sólo contra el Destino no puede combatir.
Su carácter enamoradizo le llevó a unirse tanto con diosas como con mujeres mortales, por lo que muchas grandes familias pretendieron contar entre sus antepasados con algún hijo de Zeus/Júpiter. En él se da como en ningún otro dios la mezcla de lo sublime y de lo frívolo.
                                                                                                  
   
Hera/Juno

Es la legítima esposa de Zeus, malhumorada reina del Olimpo. Protectora del matrimonio, es envidiosa y a veces celosa-desde luego, con motivos-de su donjuanesco marido. Nunca perdonó al pastor troyano Paris que pospusiera su belleza a la de Afrodita en el famoso Juicio de Paris.
Odia a las mujeres amadas por su marido y a los hijos que de ellas tuvo: bien lo hubo de sufrir Heracles en sus Doce Trabajos.



Afrodita/Venus

Es la diosa del amor. Nacida de la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales del Cielo/Urano, arrojado allí por su hijo Crono/Saturno después de haberlo castrado. Afrodita es la "Amante de la sonrisa", "trenzadora de engaños".
Durante el juicio de Paris, nada pudo la majestad de la diosa Hera ni la belicosidad de Atenea frente a su seductora belleza. Fue la protectora de Paris y de Troya, y luego del héroe latino Eneas, el hijo de Anquises y fundador simbólico de Roma.
Es también la fecundidad en la naturaleza vegetal y animal. La lasciva paloma es su ave. Su hijo es Eros-el latino Cupido-caprichoso flechero de dos dardos: uno para los amores felices, para los desgraciados el otro.

                                                                                                                                           
Ares/Marte

Ares simboliza y es la guerra. Hijo de Zeus y de su legítima esposa Hera, el impetuoso y fornido Ares no conoce en el combate amigos ni enemigos, destruye a todos sin distinción. Por eso Atenea, defensora de la guerra justa, detesta al dios de la guerra gratuita.
En ninguna parte de Grecia es bien recibido ni honrado. Es muerte, dolor y destrucción. Algo fanfarrón por sus músculos, obtiene el amor de la bella Afrodita, descontenta de su lisiado esposo, el cojo Hefesto. Cuando los dos amantes fueron sorprendidos en el lecho, sólo las diosas-por pudor-se perdieron el espectáculo mientras todo el Olimpo retumbaba con una risa inextinguible.
                                                                                                           

             
Atenea/Minerva

La diosa Atenea es la inteligencia, y por eso se la hace nacer de la cabeza de Zeus. Es la diosa consejera y protectora de la ciudad y de las instituciones políticas.
Introdujo en el Atica el olivo como símbolo de la civilización, y es también la patrona de los hábiles artesanos.
Su ciudad es Atenas y su templo es el Partenón. Diosa de la guerra justa. Su dúctil carácter cuadra a la perfección con el del astuto Odiseo, ese héroe de múltiples recursos, el artimañero.




En un principio, la Tierra estaba totalmente despoblada. La era de las bestias finalmente habia terminado, y los Dioses del Olimpo pasaban dias y noches enteros investigando como crear una raza de seres perfectos, a quienes poder legarle la Tierra algun día.

Intentaron hacer criaturas con Oro, con Plata y con Bronce, pero sus creaciones eran tan valiosas y preciadas que su egocentrismo los llevaba a dejar de adorar a sus verdaderos Dioses.

En un ultimo intento, Zeus decidio que en lugar de crear individuos con materiales preciosos, usaria la sustancia menos valiosa de la Tierra: el barro.

Asi fue como nacieron los Androgenos. La principal cualidad de estas criaturas es que su naturaleza era dual: su costado izquierdo era femenino, y su lado derecho era masculino. Con el tiempo, esta raza se hizo orgullosa, jactándose frecuentemente de no necesitar a los Dioses, porque ya eran felices al complementarse perfectamente.

Desde el Olimpo, sus creadores que siempre los observaban, acudieron a Zeus solicitando una asamblea.

El padre de los olímpicos escuchó atentamente los alegatos de cada Dios y Diosa, quienes celosos argumentaban para gestionar la destrucción de esta raza, que como las anteriores, había renegado de ellos.

-Destrúyelos, amado esposo. Nadie está sobre ti ni debe renunciarte nunca -dijo Hera, Diosa del Matrimonio.

-Se jactan de no necesitarme, pues tienen un amor perfecto -alegó Afrodita, patrona del amor sexual.

-Creerán ser tan poderosos, que pronto querrán subir al Olimpo para tomar nuestro lugar -argumentó Ares, señor de la guerra.

Al oír esto, Zeus, quien ya había luchado contra los titanes por la supremacía, declaro lo siguiente:
-Atenea, hija mía, tú que eres la Diosa de la Sabiduría… ¿crees que la soberbia de los andrógenos pueda alcanzar semejantes proporciones?

-Definitivamente -contestó ella-. Sin embargo, hemos intentado crear vida con noble material y luego degradándolo. Hicimos vivir al lodo; no podemos seguir destruyendo nuestras creaciones, por que no tenemos material menos valioso que el lodo para un nuevo intento.

-¿Qué sugieres entonces? -preguntó nuevamente Zeus.

-Te aconsejo castigarlos según sea tu deseo, pero enseñarles con ello que su orgullo es inconducente, pues se deben a nosotros.

-Puesto que presumen de complementarse perfectamente, decreto que estos seres sean separados en dos mitades y alejados para siempre.

Los dioses al oír esto, siguieron a su Rey hasta el extremo donde el Olimpo y la Tierra se separan. Una vez allí, desataron terribles tormentas con bolas de fuego y relámpagos, separando a los andrógenos en sus dos mitades.

Mientras la Diosa de la Memoria borraba sus recuerdos, el dios mensajero Hermes los separaba velozmente, para que les resultara casi imposible volver a encontrarse.

Desde entonces y hasta ahora, los seres humanos hemos vagado por toda la Tierra, dispuestos a superar cada prueba por difícil que sea, para hallar nuestra otra mitad…, el alma gemela que nos regrese aquella felicidad perfecta de la cual nuestros antepasados fueron despojados.




La Escalera de Jacob es una escalera mencionada en la Biblia (Génesis 28:11-19), por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo. Fue vista por el patriarca Jacob durante un sueño, tras su huida por su enfrentamiento con su hermano Esaú: 



 11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendencirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!» 17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» 18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. 19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz.

El nombre de Bethel (literalmente, "Casa del Señor"), al igual que expresiones como "puerta del Cielo", aluden al Templo que habría de construirse en este lugar años más tarde. Se cree que coincide con el Monte Moria, donde se construyó el Templo de Jerusalén. Así pues, la Escalera simbolizaría el "puente" entre el Cielo y la Tierra.



Situada en "una llanura en la tierra de Sinar" donde, de acuerdo con la Biblia, se llevó a cabo un intento infructuoso de erigir una torre de altura suficiente para alcanzar el cielo: la Torre de Babel.

El nombre de esta ciudad se deriva del verbo hebreo balál, "confundir". En los registros sumerios, esta ciudad aparece mencionada como Kadingira, que significa lo mismo que el acadio Babilum, "La Puerta de Dios". Aunque según modernas investigaciones registradas en el libro "Más allá de la Biblia" del orientalista italiano Mario Liverani, la etimología de la palabra se refiere más a bab-ilu que significaría "Lugar de confusión".

Su objetivo principal era salvarse de un eventual nuevo Diluvio que pudiera ocurrir, así como, también, para "hacerse un nombre célebre" en caso de ser dispersados sobre la superficie de la Tierra.

Este objetivo contradecía el propósito de Dios en cuanto a que la humanidad postdiluviana se esparciera por sobre toda la superficie de la Tierra, se reprodujera sobre ella y la sojuzgara. 

Yahveh Elohim, entonces, confundió los idiomas de aquellos que estaban trabajando en su construcción, por lo que no fueron capaces de entenderse unos a otros, y el proyecto fracasó. 

Más tarde, cuando la ciudad que se desarrolló en este sitio, en torno de dicha construcción, volvió a adquirir preponderancia, fue de nuevo retomada la obra, la que concluyó en el zigurat de Etemenanki, la "Casa de Fundamento de la Tierra y del Cielo".

La permanencia de la idea de que esta torre había de llegar al cielo se conserva en la idea religiosa general de toda Mesopotamia de unión de lo terreno con lo celestial en el punto cúlmine del zigurat.

En Babilonia –nombre griego equivalente al hebreo Babel–, anualmente se realizaba una ceremonia de unión mística del cielo con la tierra en la que el propio rey de la ciudad tomaba parte, representando al dios Marduk, con la sacerdotisa principal, representando a la tierra. Esta unión sexual garantizaba un año de fertilidad para los campos, para el ganado y para los habitantes del reino, y la prosperidad general de la tierra.


Neo.

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