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Un buen día se materializó en mí una pregunta: ¿Como sería vivir en el campo? Comencé a percibir la posibilidad de dejarme guiar por una voz que siempre estuvo presente en mí y a la que no siempre correspondí. Sentía caminar hacia la Nada, hacia el Vacío ... Todo son palabras ... Un Vacío de intención de falsificar-me, de hacer-me de una forma concreta para deleite de un deseo ... Sentí que podía dejarme caer en en la sutileza de ver-me, de ver lo que Es en mí en cada instante. Este espacio, que es el tuyo también, me sirve como columna para vertebrar experiencias y organizar el poso que me dejan. Un lugar para exponerme y verme, exponerme y que me vean, y sobre todo, un lugar para Ser. Un espacio, un lugar y un tiempo presente, que no es otro que el cambiante devenir de acontecimientos que se procesan en "mí", materializando y dando luz a lo que permanecía en la latencia de lo innombrado. Un espacio virtual-real para expresar mi naturaleza y mundo interno. También puedes visitar mi canal de vídeos en http://www.vimeo.com/neodespierta.

viernes, 15 de abril de 2011

El Árbol de la Vida y El Gran Océano.

 
Escribir una carta, un texto, en realidad cualquier medio de expresión, me proporciona la misma sensación: me escribo a mí, todo lo que expreso es para mí.

Ahora mismo estoy frente al ordenador, y la realidad más directa que puedo observar es que me estoy relacionando  conmigo, con todo lo que soy, tanto con lo que puedo percibir como con lo que no puedo percibir.

La excusa, la ilusión, el maya, el engaño –si se quiere-, es tener a otro como excusa para relacionarme conmigo, que es lo único que en realidad es objetivo para mí en este momento.

Me viene  “life motif”. No sé qué quiere decir. Traducido literalmente sería “el motivo de vivir”, pero no sé, sé eso, la traducción literal, pero no sé a qué viene esto ahora. Decido hacer el viaje. Me lanzo a vivir la experiencia. Pongo Wiki+life motif y aparece esto:



El concepto del árbol de la vida se ha ilustrado de muchas formas diversas para explicar que la vida está interrelacionada. Además ha sido utilizado tanto por la ciencia como por la religión, filosofía, mitología y otras áreas.

El árbol de la vida es un motivo en varias teologías, filosofías y mitologías del mundo.

Una metáfora de la existencia del espíritu.

Un concepto místico que alude a la interconectividad de toda vida en nuestro planeta.

Una metáfora del viaje de descenso y ascenso en el sentido de la evolución.

El texto estaba en Inglés y de repente he sentido miedo de traducir. Siento que lo que leo es una energía que percibo, la cual traduzco a materia, finalmente a percepciones organizadas en palabras. 

Siento que es imposible no intervenir. Canalizo a través mío, siendo yo-mi ser, un instrumento de viaje entre "el cielo y la tierra" que sigo aprendiendo a experienciar.

Decido buscar la misma página en español y tomar la traducción de otros. ¡Qué absurdo! me digo, es una traducción de cualquier forma. ¿Qué más da entonces?

Toda condensación de la energía que produce materia, va a tomar una forma y en esa forma va a estar limitada. Todo funciona así en los planos matéricos y es parte de la existencia. Se lo dejo a Dios. “El” sabrá como ha confeccionado las reglas del juego. 

Pero sí, no es posible tomar una forma y no estar limitado. Y sí, es posible tomar una forma y trans-forma-rse, hacia otra forma limitada, claro.   

Descanso en mi forma, que no es ni más ni menos que una forma de canalizar lo innombrable. Al mismo tiempo soy consciente de que mi forma es mi vehículo y mi limitación y que cualquier otra forma que tome también lo será. 

Así que en el camino de la transformación ya no hay más en mí la ilusión de la pureza matemáticamente exacta, por así decir, sino el sentido de experimentar diversas formas, quizás menos densas según avanzo, pero igualmente limitadas al efecto de experimentar eso y no otra cosa y seguir avanzando para experimentar más formas, hasta, quizás, ya como hipótesis, tener una forma tan flexible, tan leve, tan cambiante, que no se aprecie ya ni forma, hasta morir a la forma y fallecer. 

Y entonces a ver qué pasa. ¡A lo mejor desencarnado sigo teniendo que vérmelas con la forma de existir!.

Igualmente, ahora desde esta comprensión, decido ir en busca de la página en español. Para mi sorpresa aparece ante mí otra imagen y otro texto. Con independencia de cuestiones técnicas informáticas, el mensaje que recibo es claro: en aquel idioma las cosas se expresan de esa forma y en éste de esta ¿quieres conocer y experienciar esta forma? Y contesto: ¡Claro! Y en esta forma las cosas se expresan así:




El árbol de la vida es uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo. Está compuesto por 10 esferas y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado que acerca a la comprensión de Dios y a la manera que él creó el mundo.

Y me emociono profundamente. Siento que es maravilloso existir y que en mi forma continuamente transformada, le pido a la "Gran Sabiduría" respuestas mientras me entrego a la experiencia y me las da. ¡Por Dios que me las da!.

Ahora mismo siento que todo está dicho y que lo que acabo de vivir es el mensaje directo y limpio de la Gran Sabiduría expresándose a través mío, por así decir. La Gran Sabiduría, ese "algo" incognoscible e innombrable, paradójicamente.

Gibran Khalil Gibran expresa en su libro EL LOCO, en su texto titulado El Océano Mayor
                                                                         
"Mi ALMA y yo fuimos a bañarnos al mar grande. Y cuando llegamos a la playa, buscamos un lugar escondido y solitario.
Mientras caminábamos vimos a un hombre sentado en una piedra gris. Sacaba de un saco pizcas de sal para arrogarlas al mar.

-Es un pesimista - dijo mi alma-. Abandonemos este lugar. No podemos bañarnos aquí.

Y caminamos hasta llegar a una ensenada. Allí vimos a un hombre de pie sobre una roca blanca. Tenía en la mano un cofre incrustado de piedras preciosas, del que sacaba trozos de azúcar para arrojarlos al mar.

- Es un optimista - dijo mi alma -. El tampoco debe ver nuestros cuerpos desnudos.

Seguimos adelante. Y en la playa vimos a un hombre que recogía peces muertos y amorosamente los devolvía al agua.

- No podemos bañarnos delante de él - dijo mi alma-. Es un filántropo.

Y seguimos adelante.

Entonces llegamos a un lugar donde vimos a un hombre dibujando su sombra en la arena. Grandes olas venían y borraban el dibujo. Pero él volvía a empezar una y otra vez.

- Es un místico - dijo mi alma -. Dejémosle.

Y seguimos hasta una caleta, donde vimos a un hombre que recogía la espuma y la vaciaba en una copa de alabastro.

- Es un idealista - dijo mi alma-. Ciertamente que tampoco debe ver nuestra desnudez.

Y caminamos. De pronto oímos una voz que gritaba:
- ¡Este es el mar! ¡Este es el profundo mar! ¡Este es el vasto y poderoso mar!

Y cuando llegamos allí, vimos a un hombre con la espalda vuelta al mar, que tenía una caracola puesta en el oído para escuchar su murmullo. 

Mi alma dijo:
- Sigamos. Este es un realista que da la espalda a todo lo que no puede aprehender, y se conforma con un fragmento.

Y seguimos adelante. Entre las rocas había un hombre con la cabeza enterrada en la arena. Y dije a mi alma:
- Podemos bañarnos aquí porque él no puede vernos.
- No - dijo mi alma -. Este es el peor de todos. Es un puritano.

Entonces una gran tristeza cubrió el rostro de mi alma y se apoderó de su voz.

- Marchémonos de aquí - me dijo -, por que no hay un solo lugar escondido y solitario donde bañarnos. No quiero que este viento desordene mi cabellera dorada, ni deseo enseñar mi blanco pecho a este aire, ni dejar que la luz descubra mi desnudez sagrada.

Entonces abandonamos aquel mar para buscar el Océano Mayor.

"Aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro".

Neo.

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