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Un buen día se materializó en mí una pregunta: ¿Como sería vivir en el campo? Comencé a percibir la posibilidad de dejarme guiar por una voz que siempre estuvo presente en mí y a la que no siempre correspondí. Sentía caminar hacia la Nada, hacia el Vacío ... Todo son palabras ... Un Vacío de intención de falsificar-me, de hacer-me de una forma concreta para deleite de un deseo ... Sentí que podía dejarme caer en en la sutileza de ver-me, de ver lo que Es en mí en cada instante. Este espacio, que es el tuyo también, me sirve como columna para vertebrar experiencias y organizar el poso que me dejan. Un lugar para exponerme y verme, exponerme y que me vean, y sobre todo, un lugar para Ser. Un espacio, un lugar y un tiempo presente, que no es otro que el cambiante devenir de acontecimientos que se procesan en "mí", materializando y dando luz a lo que permanecía en la latencia de lo innombrado. Un espacio virtual-real para expresar mi naturaleza y mundo interno. También puedes visitar mi canal de vídeos en http://www.vimeo.com/neodespierta.

domingo, 20 de febrero de 2011

Carta a Nadie


Carta a Nadie.

Siento que tengo una bomba de relojería en mí. La siento como una patata caliente que quema en mis manos y que si paso a otras manos, quemará igual. Es una patata caliente y quema.

Me siento como un “g.e.o.” con un artefacto que puede explotar, sabiendo que lo mejor que puedo hacer es procurar desactivarlo, arriesgándome a que explote en mí, sabiendo que puedo hacer que explote en mí y que se desactive.

Es algo que Ahora me resuena como algo que he hecho Siempre. Siento que soy sabio al tiempo que novato, en el manejo de estas energías. Siento que hay una sabiduría que me visita, que se hace presente en mí, que me muestra con claridad el contenido de esa energía. Luego estoy yo, el novato que no sabe qué hacer con eso.

¿Quién soy yo, el novato? Neo, sin duda, el nuevo.

El novato es un aspecto de mi personalidad, de algo que he construido para sobrevivir, para proteger la desnudez de mi Ser. Es el aspecto “¿Cómo me puede pasar esto a mí?”. Es un mecanismo que he desarrollado cuando presencio que un aspecto de otro Ser, que a su vez se ha construido así para protegerse, descarga hacia mí, en representación del mundo, su mal estar y su mal sentirse. Un mecanismo que se defiende de bolas de oscuridad que me son lanzadas.

Es un aspecto ignorante de los movimientos de las cosas y de las energías, que pretende un acuerdo paritario, un pacto de no agresión. Un pedazo de ego que espera no ser agredido si no agrede. Un pedazo de ego que se relaciona con el patrón energético de la agresión.

Siento que se despiertan, que percibo con claridad, memorias celulares y vivencias pasadas que actúan en mí.

Sólo me queda observar, desarticular los artefactos. La batalla está perdida. Se acabó la lucha. Sólo hay entrega y decido presenciarlo Todo.

No había querido ver esto antes. Lo había visto y no quería verlo. Miraba para otro lado. Es doloroso para mi aspecto “¿Cómo me puede pasar esto a mí?”. Es doloroso para mi aspecto dependiente de valoración del exterior.

Ayer lo presencié. No me escondí para no verlo. Me tomé un segundo y fractalmente vi todas las veces que había vivido esa experiencia y había vuelto la vista para otro lado.

Me sobrevinieron multitud de ocasiones en las que eso había ocurrido y en las que yo había reaccionado polarmente. A veces retomando mi tendencia a ocuparme del Otro para, por un lado “existir” ante sus ojos, y por otro, para esconderme y evitar agresiones. Otras veces con una casqueta poderosa de niño, negándole al Otro lo que más le interesa de mí, mi atención, mi Amor.

En esta ocasión me quedé allí, presente y desnudo. No tenía lugar donde esconderme, no podía encender un cigarrillo para ahogar la respiración y sentir menos. Entonces mi cuerpo empezó a responder.

Vi con claridad que quería esconderme debajo de la mesa y simbólicamente lo hacía en mi cuerpo, plegando mis hombros, encogiendo la espalda, metiendo la cabeza, como el avestruz, dentro de mi cuerpo. Como eso es imposible, encogía los hombros, agachaba la cabeza y cerraba la garganta, para hacerme una cesta con mi cuerpo en la que esconderme.

También vi que mi cuello se ponía rígido como una tabla. Estaba poniendo mi cuello rígido para soportar la embestida. En ese momento me di cuenta de que sentía rabia, su rabia, y mi reacción ante eso, “no quiero esto de ti”.

¡Vaya dos patas pa un banco!

Me dieron ganas de irme pero me quedé para ver cómo funcionaba. Fue una idea. Lo novedoso hubiera sido irme. También me resuena como una idea.

Me quedé a presenciar la evidencia.

Esta es la realidad, esta es la realidad, esta es la realidad,… tengo que reconocerlo una y otra vez antes de que me sobrevengan patrones de actitud y conducta para esconderla. Así es como he jugado a la locura en mi vida.
  
Si no acepto esta verdad, no podré vivir en la incondicionalidad, en el Amor incondicional.

Al fin y al cabo, la misma posesión que el Otro intenta sobre mí queriéndome de su lado, es la misma que procuro yo en este patrón, esperándole en el mío.

El mismo miedo a la soledad que él tiene, es el que alimento yo de esta forma.

Vive y deja vivir, me viene.

Ahora mismo no tengo vuelta atrás. Siento profundamente entregarme a una incertidumbre que no es comprensible, solo se puede vivir, si uno lo siente.

Siempre me he quedado, en los demás, para no hacer mi camino y exponerme a la Nada y a Todo.

Ahora ya sé cómo es estar allí, por que ya he estado.

Y también sé cómo es quedarme aquí, por que ya estoy.

“¿Cómo me puede pasar esto a mí?”, por que así lo he decidido. He decidido vivir e inevitablemente he de pasar por dejar que cada cual viva. Transmutar la posesión hacia la libertad.

Soltar.

El amor incondicional se torna ahora ante mí como una clave vital.

Mientras tanto los mitos y monstruos de mi relato mítico se disuelven al ser presenciados por mi observación y atención plena.

La sensación que tengo es que todos vivimos el mismo proceso. Algo se ha despertado en nosotros, la sensación de que no estamos locos, la certeza de que no lo estamos y de que hay vida más allá de las apariencias.

Al mismo tiempo sentimos que no podemos hacer el camino solos, en medio de tanto ruido, de tanta dormidera y de tanta locura normalizada. No estamos lo suficientemente establecidos en la luz como para poder avanzar y profundizar solos.

Nos buscamos.

Contemplo la posibilidad de que sea una ilusión, una ilusión de haber encontrado la tribu, la tierra prometida y el paraíso perdido. Si fuera así estoy dispuesto a vivir la caída de la ilusión y el espejismo.
La vida en comunidad despierta fue siempre mi ideal. Por eso corro el riesgo de una hecatombe y también de encontrarlo.

Merece la pena. He hecho viajes con mucho menos sentido.

Camino hacia una muerte segura y no está en mi naturaleza disimular mi vida para que pase el tiempo y no me entere. Estoy aquí. Existo. Y siento y percibo con una claridad que ahora veo que fue todo un sacrificio cegar para pertenecer y esconderme.

Nací viendo, he vivido adormeciendome y ahora he recuperado mis sentidos, el Sentido.

De lo que no tengo ni idea es de a donde me conduce todo esto, ni qué paraisos encontraré, ni que oasis se desvanecerán ante mí. 

Pero eso ahora no importa, ya he pasado por ese peregrinar mil veces.

Un vivo que pasa... sugerente.

Le pido al tarot que me ayude ¿Cómo puedo aprender a amarme y a amar?

Me responde:

Tarot Osho Zen

19. Inocencia

Inocencia
El Zen dice que si tiras a un lado el conocimiento – y junto con el conocimiento todo está incluido; tu nombre, tu identidad, todo, porque esto te ha sido dado por otros – si tú tiras todo lo que te ha sido dado por otros, tendrás una cualidad de tu ser totalmente diferente: la inocencia. Esto será una crucifixión de la persona, la personalidad, y tendrá lugar una resurrección de tu inocencia. Te convertirás en un niño de nuevo, renacido.
Osho Dang Dang Doko Dang Chapter 7
Comentario:
El hombre viejo en esta carta irradia un deleite inocente al mundo. Hay un sentido de gracia rodeándolo, como si estuviera en casa consigo mismo y con lo que la vida ha traído. Parece tener una comunicación juguetona con la esquila en su dedo, como si ambos fueran los mejores amigos. Las flores rosas cayendo a su alrededor representan un tiempo de dejar ir, relajación y dulzura. Son una respuesta a su presencia, un reflejo de sus propias cualidades.

La inocencia que viene con una profunda experiencia de vida es cándida, pero no infantil. La inocencia de los niños es hermosa, pero ignorante. Será reemplazada por desconfianza y duda cuando el niño crece y aprende que el mundo puede ser un peligroso y amenazador lugar. Pero la inocencia de una vida vivida de manera completa tiene una cualidad de sabiduría y de aceptación de la siempre-cambiante sorpresa de la existencia.

Carta a Nadie termina aquí. Ahora empieza la Inocencia que me ayude a caminar hacia el Amor incondicional.

¡Que así sea!

Neo.

2 comentarios:

  1. Compañero, precisamente en este momento estamos comiendo aquí PAN JUNTOS, recién hecho en el horno... Ya lo sabes pero te lo digo: YA NO ESTÁS SOLO... Y es imposible que allá donde esté no puedas estar tú, así te digo, AQUÍ, esta casa donde ESTOY AHORA, es también la tuya...
    http://encuentratuguiainterior.jimdo.com/blog/
    Un abrazo, con todo mi amor.

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  2. Siento que estas donde siempre pudiste estar, en ti, la incertidumbre de hoy es la confianza de mañana, la confianza en la existencia, en lo que tenga que suceder, en el camino nada falta, todo llega sin buscarlo.
    Un abrazo de luz, hermano.
    te quiero.
    Jaime

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Bien hallado. Gracias por aportar tu comentario en este espacio. Un saludo.