Por Victor Ternero
Miércoles.
Otra vez me he cruzado con ella, hace unas semanas pasé una agradable velada junto a una chica de una comunidad vecina. Tuvimos la ocasión de conversar y conocernos. Es guapísima.
Es una pena que haya perdido la ilusión por conquistar un corazón. En ocasiones se aviva esa llama pero no son más que cenizas. Esta vez sólo nos hemos cruzado mientras doblaba unos uniformes. ¡Qué bien le sientan a ella! Me ha alegrado el día.
¡Mierda! Cuando más concentrado estaba, ha vuelto esa niebla. Me pican los ojos, no paran de llorar. Mi nariz se inunda de un horrible hedor, mientras la garganta se irrita, es imposible respirar. Otra vez esa jodida niebla.
En estos casos debemos ponernos las mascarillas de oxígeno, yo las cambié por unos cigarrillos así que voy a aprovechar para fumarme uno, no puede ser peor que ese oxígeno.
¡Mierda de aire!, aún recuerdo cuando subías al monte, ibas a la playa, descansabas en un descampado a respirar aire puro. Ahora sólo lo puedes encontrar embotellado a un precio desorbitado. Un regalo muy apreciado para alguien muy especial.
Quizás un día le compre uno a ella. Quizás un día. Mientras tanto seguiré esperando un nuevo encuentro.
Echo de menos las sorpresas, la espontaneidad, ¡quién lo hubiera pensado! con lo conservador que era yo... Ya tan sólo conservo algunos recuerdos. La pregunta.
Ya se pasa la niebla.
¡Espérame, aguárdame en el árbol donde grabé nuestros nombres en un corazón!.
A pesar del dolor de cabeza, hoy descansaré contento. Me he cruzado con ella.
... continuará ...
Gracias Victor.
Neo.
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